
Siempre es bueno encontrar un momento en nuestra vida para parar y dedicarle a unos minutos a la siguiente pregunta ¿Cuál es el sentido de nuestra vida? La logoterapia (Viktor E. Frankl), basa su intervención en la importancia de encontrar cada uno el sentido de su propia vida.
Para gozar de salud psicológica nuestra vida tiene que tener un sentido. Entendiendo este sentido como un motivo por el que vivir. Sin este motivo somos mucho más vulnerables a las enfermedades ya que es el motor por el que permanecer vivo.
Ese motivo nunca debe ser impuesto por el entorno. Las creencias y las normas de nuestro entorno más cercano (familia, amigos, comunidad) no es recomendable asumirlas como propias. El sentido de la vida es personal. Cada uno de nosotros tenemos que encontrar la ilusión, el motor por el que queremos estar aquí. Eso que nos motiva y nos alegra. Siempre hay que encontrar este sentido contactando con nuestras sensaciones más profundas.
Cumplir nuestros sueños suele conllevar realizar un esfuerzo. Lo importante es que este esfuerzo que realicemos tenga sentido. Si es en vano, es cuando nos genera frustración y desesperanza. Cuando un esfuerzo se hace por eso que nos motiva, nos proporciona sentido a nuestra vida, y se hace con gusto.
Todos a nuestro alrededor tenemos multitud de ejemplos de personas que dedican el tiempo y el esfuerzo que sea necesario para sacar adelante una ilusión, y lo hacen con entusiasmo. Cuando este esfuerzo se hace con gusto es un indicativo de que estamos avanzando en el camino que hemos marcado por donde transcurre el sentido de nuestra vida.
Por el contrario, el peligro está cuando los individuos no tienen ningún sentido en su vida, entonces irán como un barco a la deriva, sin rumbo, sin motor.
Otra técnica que utiliza la logoterapia que ayuda a entender cómo funciona el sentido de nuestra vida, es la intención paradójica. Esto consiste en precisamente hacer lo contrario a lo que parece ser lo más acertado para solucionar un problema. Es decir exagerar el síntoma para quitar la ansiedad que genera la resistencia a tener ese síntoma.
Cuando el síntoma ya no tiene tanta importancia para nosotros, más bien todo lo contrario, lo buscamos, la ansiedad desaparece y el síntoma deja de tener sentido entonces.
Para encontrar el sentido a nuestras vidas tenemos que tener la intención de hallarlo y tomar la responsabilidad con nosotros de mismos de identificarlo.
El peligro no es una vida con esfuerzo y dedicación, sino una vida sin sentido.
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Concuerdo completamente con su artículo… necesitaba que alguien confirmara lo que yo había estado pensando desde hace tiempo. Gracias
Hola,
gracias a ti, nos alegra que te haya servido. Namaste
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